Cambalache Cervecería

Una cervecería clásica en pleno centro de Alicante, con una carta y unos precios de fábula.
  • C/ Castellar, 5 (Alicante).

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Análisis
Hoy vamos a hablaros de una cervecería como las de la antigua usanza: de tapas, bocadillos y raciones. Una cervecería en pleno centro de la ciudad de Alicante, y su nombre es Cambalache.

Varios amigos y seguidores nos recomendaron ir a esta cervecería. Algunos se pusieron hasta pesados con el tema. Al final nos vimos obligados a ir, pero he decir que volveremos.

El local guarda el aspecto clásico de un bar de los de toda la vida. Una decoración sencilla, muebles de madera, una amplia barra con taburetes, etc.. Ojo, que sea sencillo no implica que sea feo. Al contrario, está muy cuidado y limpio. 

Es un local de un tamaño mediano, con un pasillo y un pequeño salón al final. Cuando se llena, no cabe ni un alma. No tiene terraza, ya que no tiene espacio en la acera, y eso es lo único que se le echa en falta.

Lo camareros son todos unos cachondos (de graciosos, de humor). Algunos más que otros, evidentemente. Si no eres muy dado a las bromas no creo que te caigan bien. Más adelante contaré lo que me ocurrió a mí.

La carta es sencilla y a precios asequibles. Platos de toda la vida y cocina tradicional.  Sobre todo ofrecen tapas y raciones. Desde 2,00€ hasta 12,00€. También tienen ensaladas y revueltos caseros. Aquí tenéis una carta de tapas y raciones.


Otro de sus fuertes son los montaditos y bocadillos. El tamaño de los dos no se sale de lo común y lo que llevan dentro tampoco, pero sus precios si que son muy asequibles. El más caro vale 3,50€. Además, hacen hamburguesas con beicon, que por lo que tengo entendido están muy buenas. 


Luego en el apartado de bebidas, tienen todo lo que suele tener un restaurante medio: los típicos refrescos, cerveza y vinos. De cerveza tiene varias marcas y tamaños diferentes, y de vinos también dispone de varias marcas. Los precios siguen en la línea de todo lo que hemos estado viendo hasta ahora. Refrescos, cañas y copas de vino a 1,00€. También los hay más caros, ya sea por tener más cantidad o por calidad.

Y por último los postres. Todos a 2,00€. Sabéis que no soy muy de postres, pero a los de al lado les llevaron flan con nata y tenía buena pinta, no parecía industrial. Y por último, cafés e infusiones. Es de los pocos sitios en los que todavía encuentras cafés a 1,00€.


Y bueno, con esto terminamos el análisis. Vamos a ver como nos fue en Cambalache.

Nuestra experiencia
Fuimos a cenar. Era fin de semana, viernes creo. Llegamos justo cuando una pareja se marchó, asi que tuvimos suerte. El local estaba lleno y un poco más tarde había gente esperando para que les dieran una mesa y se hizo cola.

Los camareros iban un poco atareados con tanta gente y tardaron en atendernos. Al final nos trajeron la carta, no sin antes hacernos un par de bromas y pasar de largo, claro.

Uno de los camareros al que le pregunté por el baño me dio una explicación mal, entre risas. Al final tuve que volver a preguntar por le baño, a otro camarero. Este si me respondió bien. Luego se reía.

El caso, le pedimos un par de cañas y unas raciones para compartir entre dos. Las cañas son tamaño normal, de las de 250 cl., y las raciones las tenéis a continuación.




Esta es la ración de patatas bravas. Estaban buenísimas. Las patatas estaban recién hechas y la salsa estaba muy rica. Creo que fue lo mejor que pedimos, y tan solo costaba 2,00€.


Este plato es un de revuelto ibérico con ajetes y pimientos. Fue lo que más tardó en venir. Estaba rico, aunque quizá le faltaba sal. Quizá la foto no hace justicia a la cantidad que contenía el plato, que era abundante. Hincha mucho, si os lo pedís llevad cuidado. Esta ración costaba 4,75€. 




Y por último, chipirones fritos. Estaban bien, pero sin más. Correcto, diría yo. Eso si, relación calidad-precio, muy buena. Un plato de chipirones por solo 4,75€.





Nos fuimos de allí bien cenados y habiendo gastado muy poco, tanto por la cantidad como por la calidad. Yo estoy deseando repetir.

En total nos gastamos:

Dos cañas a 1,00€ cada una.
Ración de patatas bravas a 2,00€.
Ración de chipirones fritos a 4,75€.
Plato de revuelto de ajetes y pimientos a 4,75€.

Total: 13,50€. Entre dos, 6,75€ cada uno. 

Conclusión
Comida: 8/10
No escatiman en la cantidad de las raciones ni en el tamaño de los bocadillos. La comida es cocina tradicional casera, sin cosas raras y de buena calidad. Tienen bastante variedad de raciones y demás. En general, bien.

Precio: 8/10
Los precios son realmente asequibles. Raciones de esas características por esos precios no las vas a encontrar en muchos sitios. Y mucho menos en la zona en la que está ubicado.

Trato: 6/10
Los camareros por un lado, agobiados con tanta gente. Por otro lado, lo poco que vi, hay algunos que son demasiado graciosos. Deberían centrarse más.

Local/Localización: 7/10
El local está bien. Es sencillo y clásico. Está limpio y da buena imagen. La localización, en pleno centro, es muy apropiada para gente que viva cerca. Si vas en coche, acabarás yendo a un aparcamiento de pago.

NOTA FINAL: 7,25

Un sitio muy muy recomendable. Si vas con tu pareja o con tus amigos, te va a gustar. Eso si, si vas a cenar intenta ir pronto, no te vayas a quedar de pie. También muy recomendable para ir a tomar algo a media tarde o incluso un café. Un buen sitio y barato.

2 comentarios:

  1. Fin de semana, un restaurante pequeño, que antes de sentarte pregunta si vas a cenar o vas a picar, ya que las mesas son limitas debido al espacio, además de que cada mesa cuenta con un mantel que se tira después de cada cliente, usted se deja 13 euros entre 2 personas, y seguro que poco tiempo no estuvo, bienvenidos a el "por qué" en España los restaurantes si no son por los turistas están en la mierda, Rata.

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